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La historia de Cassandra

Cassandra conocía el bulto de su pecho izquierdo, pero era benigno. Así que cuando los médicos le dijeron que tenía cáncer en la mama derecha se quedó sorprendida. 

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Lazarex VIP Cassandra

"Realmente tuve un colapso", recuerda Cassandra de aquel día de febrero de 2020. "Soy fuerte pero esto fue devastador. Tengo 5 hermanas. Nadie en mi familia tiene cáncer. No es como decirte que tienes un resfriado o una gripe. Es cáncer. No tenía ni idea de dónde venía. Me derrumbé. Me preguntaba si era culpa mía".

Lo detectaron pronto, pero el cáncer era agresivo. Cassandra se sometió a una operación para extirpar el cáncer en abril, seguida de radiación.

En junio, los médicos le sugirieron otra opción: un ensayo clínico que le obligaría a viajar desde su casa en Mobile (Alabama) hasta un centro oncológico en Birmingham, un viaje de ida y vuelta de ocho horas. Al principio tenía que ir a Birmingham dos veces al mes y luego iría disminuyendo hasta una vez al mes.

Cada vez que viajaba, Cassandra se gastaba al menos mil dólares en gasolina, aparcamiento y alojamiento. "Trabajé en el departamento de policía durante 20 años, pero tuve que dejar de trabajar a causa del cáncer. Mis ingresos han desaparecido porque no puedo trabajar". Como mujer orgullosa, dice que no le gustaba pedir ayuda a los demás. Pero tenía problemas económicos.

Un día, en una búsqueda en Internet, Cassandra descubrió la Fundación contra el Cáncer Lazarex y decidió llamar. Encontró la ayuda que necesitaba. En julio de 2020, un mes después de que comenzara su ensayo clínico, Lazarex intervino para ayudar a compensar los costes del viaje al ensayo clínico para que Cassandra pudiera centrarse únicamente en su salud. La fundación le reembolsó los gastos de gasolina, aparcamiento y hotel.

Cuando habla de la ayuda, Cassandra se emociona. "Cuando apareció la Fundación contra el Cáncer Lazarex, te digo que me sentí muy agradecida. Me quitó un gran peso de encima. No hay palabras para describir lo que sentí cuando vinieron a ayudarme. Siento que me ayudaron a curarme porque no tuve que preocuparme de usar mi tarjeta de débito... me quitaron ese estrés. Al ocuparse de estos gastos, me permiten descansar. Son un regalo del cielo".

La buena noticia, informa Cassandra, es que el ensayo parece estar funcionando. "¡Me siento bien! Y no tengo motivos para decir que no puedo llegar a mi ensayo clínico porque Lazarex lo ha hecho posible para mí. Me siento muy bien mentalmente, incluso cuando estoy agotada".

Hoy Cassandra vuelve a disfrutar de la vida al aire libre... caminando y reuniéndose con su familia: cinco hermanas y 20 sobrinos. Y está agradecida de poder recibir la ayuda que necesita.