Cindy tuvo una vida plena: siempre rodeada de familia y amigos, una pasión por el baile y el teatro, dirigiendo un departamento de reubicación para una empresa inmobiliaria. En 2013 sobrevivió a un cáncer de mama. No sabía que el cáncer no había acabado con ella.
Dos años después de su batalla contra el cáncer de mama, en 2015, apareció un nuevo cáncer no relacionado. Esta vez se trataba de un cáncer de ano, el médico no estaba seguro de si estaba en fase 3 o 4, pero estaba seguro de que no tenía buena pinta.
Cindy siguió el tratamiento estándar tradicional con quimio y radiación, pero no funcionó. Y un escáner PET en 2016 reveló que el cáncer se había extendido. Su médico le dijo que le quedaban entre 6 meses y 1 año de vida.
Cindy y su marido recorrieron Internet en busca de ensayos clínicos. La abrumadora búsqueda dio como resultado algo para ella: un ensayo clínico en el MD Anderson con Keytruda, que se mostraba increíblemente prometedor entre los pacientes. ¿El problema? Estaba a 2,5 horas de vuelo de su casa en Boulder, Colorado, y tenía que estar allí para el tratamiento cada tres semanas durante los dos años siguientes. Como se sentía fatal, su marido viajaba con ella, pero los gastos derivados de la participación en el ensayo agotarían sus ahorros. Contemplando si esta era la forma en que iba a pasar potencialmente el último año de su vida, Cindy era reacia a continuar.
Alrededor de 4 visitas del ensayo clínico, Cindy tuvo una conversación que le cambió la vida. Habló con una amiga cuyo marido también estaba en un ensayo clínico, y Cindy se enteró de que estaban recibiendo ayuda financiera a través de la Fundación contra el Cáncer Lazarex. Su siguiente llamada fue a Lazarex. Solicitó y obtuvo la ayuda que necesitaba.
"Encontrar a Lazarex marcó la diferencia", dijo Cindy, "me hizo ver que no tenía que entrar en pánico en cada viaje. Era más fácil, estaba libre de estrés. Y la reducción del estrés me permitió centrarme en mi salud. Creo que realmente me ayudó a mejorar.”
Al final, Cindy se sintió lo suficientemente bien como para viajar por su cuenta con el apoyo de Lazarex. Gracias al ensayo clínico, dice Cindy, su tumor se ha reducido. En 2018, tras 35 tratamientos, un TAC reveló que el cáncer está estable y los médicos le dieron luz verde para dejar toda la medicación. Cindy ya no está en el ensayo, se siente bien, disfruta de su familia, viaja solo por placer y baila 5 días a la semana.
"Siento que Lazarex me ha salvado. Me quitaron el peso del estrés financiero de encima. Soy muy afortunada y estoy muy agradecida"
