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La historia de Lucinda

Lucinda

Para Lucinda, la familia lo es todo. Su familia se completó finalmente cuando llegó su segundo hijo, su hija Audrey. Fue cuando estaba destetando a Audrey de la leche materna cuando notó el dolor. Eso fue en octubre de 2016.

Lucinda, que entonces tenía 38 años, tenía el pecho enrojecido y dolorido al tacto... pero no había ningún bulto. Pensó que era un conducto lácteo obstruido. Su médico pensó lo mismo y la envió a casa con antibióticos. Pero el dolor no desapareció. Cuatro meses después, a Lucinda le diagnosticaron un cáncer de mama inflamatorio en estadio 3, uno de los cánceres más diagnosticados erróneamente... porque a menudo no hay ningún bulto.

Lucinda vive con su marido y sus hijos en Leonardtown, Maryland, a 100 km de Washington, DC. Acudió al Centro Oncológico Integral Lombardi de Georgetown en busca de ayuda e inmediatamente le sugirieron un ensayo clínico. El objetivo del ensayo era no sobrecargar el cuerpo con quimioterapia innecesaria, reduciendo la carga tóxica con buenos resultados. Era una perspectiva atractiva para una madre joven y activa que necesitaba estar presente y disponible para sus dos hijos pequeños. Sin embargo, el ensayo clínico se realizaba en Dana Farber, en Boston, y el protocolo del ensayo requería que ella estuviera allí una vez a la semana durante las primeras 20 semanas.

Lucinda no quería otra cosa que sentirse bien y sobrevivir, pero el patrocinador del ensayo sólo le ofrecía el medicamento. Tenía que llegar hasta allí y sabía que participar en el ensayo clínico supondría unos gastos de viaje insuperables que agotarían la cuenta bancaria de la familia. Los billetes de avión para ella y su marido, las facturas de los hoteles, las tarifas de los taxis y el cuidado de los niños se acumulaban rápidamente. Al cabo de un mes de ensayo clínico, la quimioterapia la hacía sentir fatal y pronto se dio cuenta de que el gasto era demasiado grande y su familia no podía permitírselo. Consideró la posibilidad de abandonar.

Fue entonces cuando se encontró con una publicación en Facebook y se enteró de la existencia de la Fundación contra el Cáncer Lazarex. Lazarex dijo que sí a Lucinda y, desde que se puso en contacto con ella, le ha reembolsado el 75% de sus gastos de bolsillo, permitiéndole seguir en el ensayo clínico.

Ahora, más de un año después, Lucinda acaba de terminar el ensayo clínico, sus hijos tienen ahora 4 y 6 años y se considera que está libre de cáncer. Y lo que es más, gracias a su inscripción y a la de todos los pacientes en ese ensayo, el tratamiento podría, en última instancia, ofrecer esperanza a millones de pacientes con cáncer. 

Hoy Lucinda tiene dos mensajes para todos:

  • No es necesario tener un bulto para tener cáncer de mama
  • La única razón por la que, según ella, está viva hoy, es porque Lazarex estuvo a su lado, permitiéndole acceder al tratamiento avanzado que la salvó.

Ver Entrevista a Lucinda en WUSA9 DC sobre el cáncer de mama inflamatorio (CMI), una forma rara pero agresiva de cáncer de mama localmente avanzado, su ensayo clínico y la Fundación contra el Cáncer Lazarex.