Los gastos de viaje se convierten en un obstáculo económico para el tratamiento del cáncer
Me enteré de que tenía un cordoma en 1996. A los tres días me sometieron a una cirugía radical para extirparme el cóccix, seguida de 28 dosis de radiación de fotones. Me mantuve libre de cáncer hasta 1999, cuando se encontró otro tumor de cordoma en mi pelvis derecha (semipelvis). Me remitieron al MD Anderson y se programó la operación para tres meses después. Cuando volví para la operación, los médicos se dieron cuenta de que el tumor no había crecido, así que entramos en modo de seguimiento.
Todo se mantuvo estable hasta 2015, cuando se determinó que el tumor había crecido y se había vuelto mucho más agresivo. Las 28 dosis de radiación con haz de protones que comenzaron en octubre de 2015 mantuvieron el tumor estable durante solo 2,5 años. En noviembre de 2018 me aceptaron en un ensayo clínico de inmunoterapia en el MD Anderson. Desde noviembre de 2018 hasta enero de 2019 volví a Houston una vez cada semana y dos veces cada dos semanas. Esos viajes estaban agotando rápidamente nuestros ahorros y causando un gran estrés. Tengo 69 años y mi mujer y yo vivimos de nuestra Seguridad Social.
En enero de 2019 me informaron sobre la Fundación contra el Cáncer Lazarex. Solicité ayuda financiera y afortunadamente me aceptaron. La ayuda hace posible mis frecuentes viajes desde nuestro hogar en el norte de Georgia a Houston, Texas. Y nos alivió el estrés de tener que averiguar cómo costear la continuación de los tratamientos. Me alegra decir que mis resonancias magnéticas de enero y marzo han mostrado que mi tumor no ha crecido.
Quiero ofrecer mi más sincera gratitud a todos los miembros de la Fundación contra el Cáncer Lazarex por lo que hacen por mí y por otros pacientes de cáncer. No sabéis cuánto significa vuestra ayuda para mi mujer y para mí.
