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La historia de Ava y Robert

Ava y Robert llevan juntos 40 años. Robert es cartero. Ava se jubiló de su trabajo en el Pentágono en 2008 para cuidar de su padre. Ambos soñaban con viajar por el mundo algún día. Pero esos sueños quedaron en suspenso cuando Ava empezó a tener problemas de espalda.

Ava y Robert
Robert y Ava

No pudo averiguar la causa. Acudió a varios médicos, a un médico de cabecera e incluso a una clínica de venas, pero no encontraron nada. Finalmente, Ava se sometió a una tomografía computarizada y el médico detectó unos ganglios linfáticos cerca de la espalda y la columna vertebral. Su siguiente parada fue un oncólogo. Poco después, Ava fue diagnosticada con linfoma folicular no Hodgkin en fase 4. Eso fue en 2019.

Como la mayoría de los pacientes a los que se les diagnostica un cáncer, Ava fue sometida inmediatamente a quimioterapia en junio de ese año. Sus tratamientos continuaron durante casi dos años y medio, hasta noviembre de 2021, cuando la quimioterapia dejó de funcionar.

Los médicos sugirieron un ensayo clínico. El problema es que Ava y su marido Robert viven en Delaware. El ensayo estaba situado a 93 millas de distancia, en el Johns Hopkins de Baltimore, a dos horas de camino. Participar en el ensayo significaba viajar a Baltimore cada dos semanas. Eso se suma al viaje habitual de Robert al norte de Virginia para trabajar como cartero.

El reto no era sólo el largo tiempo de conducción, sino también el creciente coste de la gasolina y el aparcamiento, además del cuidado de sus perros cuando estaban fuera.

"Los viajes fueron duros", recuerda Robert, el marido de Ava. "Tengo dos perros y tuve que meterlos en una perrera mientras estábamos fuera. Se volvió demasiado caro y al final tuve que regalar a uno de mis perros. Hicimos todo lo posible para que el viaje fuera divertido".

Buscaron para reducir los gastos. Su búsqueda dio como resultado la Fundación contra el Cáncer Lazarex. Solicitaron y empezaron a recibir reembolsos de viaje que aliviaron la carga financiera y les permitieron seguir viajando al ensayo.

"Los reembolsos han sido de gran ayuda", dijo Ava, "no sé si podríamos participar durante tanto tiempo con el ensayo clínico si no fuera por Lazarex".

¿La buena noticia? El ensayo funcionó. El tratamiento que recibió Ava en el ensayo le ayudó tanto que su cáncer entró en remisión.

"Lazarex es una organización muy generosa, tanto económicamente como en la forma de apoyar a sus pacientes. Son extremadamente útiles".