Menú Cerrar

La historia de Chris sobre la fe, la medicina y una mano amiga

En 2016 me diagnosticaron un cáncer de riñón en fase 4 y me dieron un 8% de posibilidades de supervivencia. Después de una agotadora cirugía para eliminar la enfermedad principal, la metástasis en los pulmones se convirtió en la principal preocupación. Viviendo en Florida no había opciones que ofrecieran alguna probabilidad de aumentar la tasa de supervivencia. El Dana-Farber de Boston tenía un nuevo ensayo clínico que, aunque no prometía nada, ofrecía alguna esperanza. Se trataba de una combinación de inmunoterapia e inhibidor del VEGF. Así que se tomó la decisión de participar en el ensayo, que implicaba volar a Boston cada tres semanas. Debido a la cirugía, el tratamiento y la distancia para obtener el tratamiento, mi carrera terminó. Fui con una fe ciega en Dios, en que Él encontraría la manera de que se cubrieran los gastos. Poco después de empezar el ensayo clínico, el coordinador del ensayo clínico me presentó la Fundación contra el Cáncer Lazarex. Lazarex fue la respuesta a la oración que estaba buscando. Sin Lazarex, el coste prohibitivo del viaje y del tratamiento habría sido insuperable.

Tres años de tratamiento (volando a Boston cada tres semanas) proporcionaron una respuesta completa. En otras palabras, el cáncer era indetectable. Ahora estoy dos años después del tratamiento con los mismos resultados. En todo momento el personal de Lazarex fue profesional y cortés. Me alegró ver que vigilaban cuidadosamente la asignación económica y confirmaban el estado del ensayo clínico. Esto me asegura hoy en día que cuando devuelva a la fundación lo que tanto me ha dado, ese despilfarro no será un problema. 

Escrito por Chris C. 18 de noviembre de 2021

Fe y esperanza