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La historia de Tanla - Cáncer de vejiga y un ensayo clínico

Antes del cáncer, Tanla R., de Houston (Texas), estaba inmersa en el mundo empresarial. Gerente de contratos de logística para Shell Oil, trabajaba muchas horas y viajaba por todo el mundo. Todo eso se interrumpió cuando su salud empeoró rápidamente en 2016.

Tanla - Mujer negra sonriente con jersey rosa

Tanla tenía síntomas que creía relacionados con su ciclo menstrual. Los médicos del MD Anderson pronto descubrirían que se trataba de un tumor del tamaño de un pomelo en su vejiga. Le diagnosticaron un cáncer de vejiga en fase 4, la operaron inmediatamente y comenzaron el tratamiento. Tras seis rondas de quimioterapia y reconstrucción, Tanla era una historia de éxito. Completó una caminata benéfica anual contra el cáncer y se sentía bien. Pero, de repente, tres meses más tarde, su situación empeoró. Su peso disminuyó, se debilitó tanto que no podía caminar, no podía comer y finalmente perdió el riñón. El cáncer había vuelto con fuerza.

Los médicos de Tanla la ingresaron en rehabilitación mientras buscaban respuestas. Le dijeron que era hora de llamar a un hospicio y que se pusiera cómoda; no había nada más que pudieran hacer. Entonces recibió una llamada de otro médico que le sugirió un ensayo clínico, al que podía optar.  

Afortunadamente, el ensayo funcionó. Tanla se sentía mejor y estaba viendo resultados. Pero al cabo de un año de tratamiento algo salió mal: de repente dejó de funcionar y necesitaba otra opción, y rápidamente. Afortunadamente, los médicos encontraron un segundo ensayo clínico al que podía optar.

Participar en los ensayos implicaba visitas semanales al MD Anderson. Tanla vive en Houston, a 30 minutos de distancia, y los gastos de viaje se estaban convirtiendo en una fuente de estrés importante, puesto que ya no tenía ingresos. Las facturas de la gasolina y el aparcamiento de los viajes semanales se acumulaban rápidamente.

"Llevo3 años viajando al MD Anderson una vez a la semana", dice Tanla, "es una lucha económica para mí llenar constantemente el depósito y pagar para aparcar en el hospital. Así que acudí a mi asistente social en busca de ayuda y, afortunadamente, me habló de la Fundación contra el Cáncer Lazarex, lo que lo cambió todo."

Tanla lleva dos años en el segundo ensayo clínico y, aunque tiene algunos efectos secundarios, en general le va bien. Ahora mira al futuro y a volver a viajar por el mundo algún día.

Tanla de pie en el desierto

"Costa Rica, Grecia, Dubai, son mis primeras opciones. Me encanta el ambiente, las playas, el café" , y dice que está agradecida a Lazarex por haberla ayudado incluso a VER un futuro: "Puedo decir que sin Lazarex, no estaría aquí; ahora mismo no puedo trabajar, así que son un salvavidas para mí. Mientras esté viva, siempre me esforzaré por hablar a la gente de Lazarex".