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La historia de Avi: Los hombres contraen cáncer de mama

Mientras estaba tumbada boca abajo en un banco, Avi sintió unas molestias en el pecho derecho. "No podía creer que hubiera algo ahí", dice Avi. "¿Los hombres tienen cáncer de mama?".

Hombre sonriente - tiene cáncer de mama


"Hacía ejercicio en un gimnasio desde que tenía 14 años", dice Avi. "El primer gimnasio fue Ottmer's Iron Den, en Lakewood, Nueva Jersey, y lo recuerdo como si fuera ayer", se dibuja en su rostro una amplia sonrisa. Avi, padre de tres hijos (de once, nueve y cuatro años), es un hombre de 44 años y se nota que todos estos años de entrenamiento han moldeado su cuerpo y su mente. Sigue agradecido de haber seguido haciendo ejercicio porque en el verano de 2012, mientras estaba tumbado boca abajo en un banco, sintió unas molestias en el pecho derecho. "No podía creer que hubiera algo ahí", cuenta Avi. "¿Los hombres tienen cáncer de mama?".

Tras una visita a su médico y una visita a un oncólogo de mama, le hicieron una mamografía y una biopsia central. Un escáner PeT confirmó el tumor e indicó que ya había hecho metástasis en su hombro izquierdo, esternón y pulmones. Recibir la noticia de que tenía un cáncer de mama en fase 4 fue monumental, pero eso no pareció conmover a Avi. "Mi familia me apoyó tanto, especialmente durante esos primeros meses, que reforzó mi confianza", dice. "Mi jefe, el Director de Operaciones, el CIO y mis compañeros de trabajo me apoyaron de forma increíble. Sentarse y contarles mi diagnóstico fue una de las cosas más difíciles que tuve que hacer en mi vida". Avi era director de proyectos de una de las mejores facultades de medicina de EE.UU. y dice que piensa volver a trabajar en cuanto el cáncer de su cuerpo esté destruido. "Echo de menos la gestión de proyectos. Realmente me proporcionó oportunidades desafiantes de resolución de problemas y de liderazgo."

Seis meses de terapia hormonal fracasaron y comenzó un ensayo clínico de quimioterapia en marzo de 2013. Sigue en el estudio después de 15 meses. Cuando le preguntan cuánto tiempo tiene que estar en tratamiento Avi te dice "el tiempo que haga falta".

"Es tan fuerte", dice la madre de Avi, que le acompaña cada semana a la quimioterapia. "Todos los que le rodean se sienten reforzados por su fuerza". "Lleva escribiendo un blog desde el diagnóstico y lo llama 'La montaña'. Describe su tratamiento como la escalada de una montaña. Escribe: 'Sólo tienes que bajar la cabeza y seguir poniendo un pie delante del otro'". A través del blog, sus antiguos compañeros de trabajo y su familia lejana también están ganando fuerza. Uno de sus antiguos compañeros de trabajo dice: "Cuando te paras a pensar en tus retos personales te das cuenta de que cualquier cosa es superable después de presenciar la fuerza y el optimismo de Avi".

"Conocí Lazarex a través del coordinador de los servicios de apoyo psicosocial de mi hospital. Necesitaba ayuda con los problemas logísticos y financieros a los que me enfrentaba. Vivir en Brooklyn, Nueva York, con mi mujer y mi hijo menor y recibir tratamiento en Hackensack, Nueva Jersey, suponía unos gastos de desplazamiento semanales que suponían un reto para mi nuevo y limitado presupuesto por discapacidad. Lazarex estaba allí para ayudar. Son mi puente que conecta el lugar donde vivo con el lugar donde me tratan y mucho más".

Tres de cada cuatro semanas, tras enviar a su hijo de cuatro años al colegio, Avi se dirige al hospital. Llega a casa después de las 10 de la noche. "Es un día largo, pero se pasa rápido. Lo aprovecho al máximo". Le dice a su hijo de cuatro años que verá a su padre por la mañana y que hoy va al hospital a luchar contra el estúpido cáncer. "Estúpido cáncer", dice el niño de cuatro años. "Es imposible que entienda el cáncer o lo que estoy pasando, pero sí puede entender la positividad, que en la vida a veces hay que hacer las cosas, te guste o no". Se ve un brillo en los ojos de Avi mientras sonríe.